Jueves de relatos
No era especialmente guapa pero sí muy atractiva. Coincidíamos los fines de semana tomando algo por los mismos barrios. Nos mirábamos y, confieso, que flirteaba con ella. Miraba sus piernas con descaro, relamiéndome el labio superior alguna vez. Ella cada vez las cruzaba más intensamente.
Era un juego entre ambos a pesar de nuestras parejas.
Su esposo era dueño de una empresa de conservas. Cuando cerró mi fábrica eché cientos de curriculums por todos los lados y un día me llamaron para una entrevista. Al final de ella, la vi aparecer en la oficina. He de reconocer que se me saltaron los colores. Al cabo de los días me contrataron.
El dueño falleció después de una larga enfermedad, quedando al cargo de la empresa su hijo y ella. Estaba claro que el hijo no tenía la misma dirección que su padre y pronto la fábrica estuvo en crisis. Se planteó un recorte de plantilla. Me quedé impactado escuchando una conversación de varias mujeres, manifestando su miedo, pero a una de ellas escuché decir: "No me van a echar. Se la chuparé a quien haga falta".
En ese momento mi mente pensó en la viuda, que se dejaba ver por la empresa más a menudo. Me volví más descarado, incluso rozando mi cuerpo con el suyo alguna vez. Me llamó a la oficina y me ofreció ser su chófer temporalmente y cuidar de su finca. Me pidió seriedad. Le ofrecí toda mi lealtad y complicidad.
Despidieron a la mitad de la plantilla, pero me llamó la atención que la mujer decidida a hacer lo que hiciese falta seguía trabajando por méritos propios, supongo, contando con el apoyo del encargado y del hijo. Yo sigo con la viuda y bajo su protección.
En tiempos difíciles, "lo que haga falta", siempre y cuando sea legal y no dañe a terceros. Muy bien planteado. Si algo aprendía en la vida es a no juzgar a las personas. Nunca sabemos en que situación desesperada nos encontraremos algún día.
ResponderEliminarMuchas gracias, Charly, por haberte sumado a mi convocatoria, siempre es un placer tenerte en el listado. Un abrazo grande.
Nunca hay que juzgar a nadie, cada cual sabe sus circunstancias y sus límites.
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Beso
Miradas descaradas a las piernas de una mujer, que las cruza sugestivamente. Creo que ella también tenía su mirada puesta en el protagonista. Quien que logró lo que deseaba y también, acomodarse en una situación difícil. Y también se adaptó la mujer dispuesta a todo.
ResponderEliminarMuy bien contado y magistralmente cumplida la consigna. Hasta es una historia "de amor y relaciones!
Felicitaciones. Saludos.
Yo diría que es una historia de necesidades y algo de amor tal vez.
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Saludo
Una historia que bien puede ser yan real como la vida misma, buen relato, me gustó.
ResponderEliminarSaludos.
Solo puedo decir que tiene parte de realidad.
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Saludo
Buf, lo que haga falta... habrá tantos casos de estos.
ResponderEliminarMuy interesante tu relato.
Bss
Seguramente más casos de lo que imaginamos, cada vez tenemos menos prejuicios.
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Beso
En la vida no se puede decir nunca lo que se hará por un puesto que te dé el alimento y la salvación de tu familia,. No juzgar y no seremos juzgados esas miradas a las piernas me encantó ajja ,. Su punto de picardía . Un besote Charly.
ResponderEliminarQuien somos nosotros para juzgar a nadie, coincido con tu visión.
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Besos
Una historia que probablemente lo haya sido cierta demasiadas veces. Saludos
ResponderEliminarPuede que alguna vez se hayan visto obligadas, pero estoy seguro de que por voluntad propia para un propósito es posible cada día.
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Saludos
La necesidad hace que se hagan méritos. Un relato muy orgánico, Charly.
ResponderEliminarMil besitos para ti y muy feliz tarde.
Solo hay que tener voluntad para conseguirlo.
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Besos
Cada quien cuida su quinta, con las herramientas que mejor disponga! Jeje. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es, todos usamos las armas que disponemos para sobrevivir.
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Besos
Cada uno sube las escaleras como puede, así que cuando de las judías se trata, me da a mí que no hay que andarse con ciertos remilgos. Que el hambre es muy malo, ¿no? En todos los sentidos.
ResponderEliminarLa necesidad apremía.
Un beso enorme.
EliminarCuando el futuro está en juego cada vez hay menos prejuicios y remilgos como bien dices.
Comparto tu visión
Un placer tu visita
Beso
Por desgracia ese "lo que haga falta" sigue aún vigente. Un relato muy bueno, me encanta. Besos.
ResponderEliminarNo es que siga vigente, en estos tiempos de dificultades aumenta este tipo de decisiones.
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Besos
Quien a buen árbol se arrima.... charly no sufre. Jaja....
ResponderEliminarViuda de negro, esconde oscuros deseos.
Incluso los juegos pueden servir para asuntos importantes.
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Saludo
Vaya suerte tiene los supervisores, ellos llaman a esas chicas dispuestas a todo... Las Trompetistas!!!
ResponderEliminarNo me atrevo a ponerles ningún nombre y menos a juzgarlas, a veces la vida es complicada.
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Saludo
Cuando falta el trabajo se llegan a tomar decisiones que de otra manera o se entendería a no ser por ansias de poder.
ResponderEliminarEn este caso ¿que es lo que se esconde?
Sin duda por recorte de personal y perdida de trabajo.
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Beso
Uf, hay tantos chanchullos en todos lados... Supongo que lo que más cuesta es hacer las cosas bien.
ResponderEliminarAún así, muy bien narrado tu relato, Charly.
Un besazo
Aunque se hagan bien, también es lícito luchar con tus herramientas para salir airoso.
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Beso
"En tiempos de guerra..."
ResponderEliminarHay que usar la diplomacia siempre.
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Saludo
Ese Lo que haga falta me pareció desesperado. Pero funcionó. El final es muy bueno, con la viuda el futuro estaba asegurado :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Buena historia. La literatura no juzga sólo narra. Un saludo
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