viernes, 15 de enero de 2021

TÓXICA

Jueves de relato


Había quedado con ella aquella noche. Debíamos hablar seriamente. Esa relación no tenía sentido y estaba dispuesto a acabarla.  Estoy en una edad en la que sí, tonterías las justas, y no estoy dispuesto a discutir por cosas que no me apetecen. Me he hecho algunas confesiones nocturnas. Son precisos algunos cambios y mi reflejo en el espejo, está de acuerdo conmigo:
Me falta libertad y saber como es mi vida sin ti.

- ¿Qué te dirías, Blas? -me pregunté, mirándome fijamente-. Sé sincero por una vez en tu vida. Es el momento.

Al principio me puse triste. Después el rictus me cambió. Me sentí mejor, tal vez porque me autoconvencí:

Sonreír está bien pero no siempre el objetivo al que se dirige es el correcto. Se acabó la complacencia, el bien quedar. Autenticidad, guste o no guste.
Me pregunté por qué me estaba arreglando tanto:  Igual era mucho habito para un fraile de tan poco rezo... O no.
Deseaba sacar de mi vida esa relación toxica que no me hacia feliz nunca y no deseaba atar mi futuro a esa persona


No había que demorarse. Y sonó el teléfono:

- ¿Vamos a salir?, para vestirme bien o ¿voy cómoda? -me preguntó.
- Ven con chándal, está de moda, así no me darán ni tentaciones de follarte y acabamos prontito -dije con sarcasmo y mucha desgana.

Si esperaba alguna respuesta, ni el silencio respondió. Durante los días siguientes, la actitud de ella fue la indignación y el acuse. A la sazón, mi silencio era el que tomaba palabra hasta aquel mensaje, ciertamente conciliador: "Si quieres hablar tomamos un café y al menos quedamos como amigos". Entonces, contesté: "- Tú y yo... no vamos a ser amigos nunca."
- No voy a vivir de tu olvido. Vive tú de mi recuerdo.