miércoles, 13 de octubre de 2021

VÍNCULOS

Jueves de relatos 


Cada verano visitábamos a los abuelos. Yo tenía predilección por el abuelo, aunque la que ponía sentido común y nos reñía a ambos era la abuela siciliana, mucho más sabia. 
Era otoño cuando me dieron la noticia de que el abuelo había muerto repentinamente. Cuando llegamos al pueblo, este parecía más oscuro, más triste..., más silencioso. Me abracé a la abuela sin dejar de apartar la vista de mi abuelo que estaba en la cama. Me acerqué y acaricié sus manos y rostro. Mi madre intentó evitarlo pero mi abuela la detuvo. Al rato, escuché a mis padres discutir algo entre ellos. Mi abuela sentenció: "El vinculo entre ellos es muy fuerte, mejor que lo acompañe para que nunca lo busque". Volvió a entrar en la habitación y se quedó a mi lado.

- Esta noche aprenderás algo, cielo -me dijo-. Despediremos al abuelo. 

Varios vecinos, mientras otros velaban al difunto, abrieron un hueco enorme en la pared trasera de la casa. El cura fue bendiciendo toda la casa. Sacaron a mi abuelo por aquel hueco y mi abuela me acompañó tras él. El resto nos siguió.  
Todavía andaba yo perplejo por el tema del agujero ¿Por qué no sacarlo por la puerta como es lo normal? Entonces mi abuela me respondió a todas esas preguntas. Me contó que era por si decidía volver a casa no supiera por dónde entrar, los muertos deben estar en su sitio. 

- Será nuestro secreto -y miró a mi madre, que asintió con la cabeza. Me relató muchas más cosas y comprendí por qué cambiaban los muebles de sitio y cerraban el agujero en la pared. Y así nacía mi secreto.


Amanecía. El sol se reflejaba en el lago y se extendía hacia el cementerio que estaba junto a él.  Enterramos al abuelo en tierra. El cura dijo unas palabras. Y mientras tanto los patos revoloteaban la laguna. Los miré, hipnotizado. Volaban en círculo, sin rumbo, como desorientados. Mi abuela me abrazó por detrás, con su mano en mi coure, como ella lo llama. Me besó en el pelo. La miré y me sonrío.