lunes, 29 de marzo de 2021

CONTRICIÓN

Al día siguiente quería seguir con las pruebas de Min, era desafiante, Rememoré el último día de mi anterior trabajo y cubrí sus ojos, anudé sus muñecas y preparé una fusta. Seis toques espaciados para recordarle que se trataba de la misma terapia que utilizaba con Min. 
El espectáculo era majestuoso. 
Bajé a su sexo bordeando la firmeza de sus glúteos. Arrastré mi lengua por él. Jugué con los dedos, preparando el terreno. Sus gemidos, la tensión de sus piernas eran una oda a la victoria. Preparé el dildo, y se lo hice lamer. Me gusta que prueben de su propio veneno. De su boca a la oscuridad de su culo, prieto y hambriento. Volví a usar la fusta. Su piel respondía al estímulo. Placer, sutil dolor. Una perfecta tortura encaminada al cielo. 


- Envenenaré tu lujuria con mis palabras lascivas, corromperé cada pensamiento que desees tener... para que cada vez que te excites no puedas evitar pensar en mí -aseveré. Exigí que se viniera en mi boca, con la sorpresa por mi parte de su obediencia o, tal vez, porque era tanta su necesidad por correrse que era lo único que podía hacer. 

Aparté el juguete de su orto y embriagué mi pene entre sus pliegues destensados. No hubo piedad. Mi dominio era una dulce venganza, una conquista bárbara en la que mis instintos la profanaban una y otra vez al ritmo de un sonido provocado por el choque de las carnes. Me sentía salvaje, indómito, canalla y muy cabrón. Un ser con todo el control, sin apiadarme de sus quejidos, de sus suspiros. Era el precio a pagar por sus descaradas provocaciones . Quien juega con fuego, corre el riesgo de quemarse. 

Nos gusta lo prohibido que nos deja en el suelo pidiendo clemencia y demostrar que somos dignos. Nos gusta el dolor porque nos recuerda que estamos vivos.

viernes, 5 de marzo de 2021

ENMIENDA

Su descaro comparándose con mi coreana Min y sus ganas de sobresalir la llevaron a retarme. Por supuesto acepté.

Llevé a mi vecinita a cenar vestida como una stripper. Se sentía segura provocándome y, por supuesto, fue el centro de todas las miradas. Frente a un matrimonio de unos cincuenta años que no le quitaban ojo, le propuse que fuera descarada ante ellos. El cruce de sus piernas y su escote sin fin eran narcóticos.


Bajamos al garaje y pasamos a la parte trasera del coche. Desabroché toda su chaqueta dejando sus bonitos pechos al aire. Nos besamos muy densamente, con lascivia, dejando un reguero de hilos de saliva en los que, mutuamente, nos colgábamos. Le pedí que me diera su espalda y no tardó en ser consciente de que éramos fruto de la curiosidad de aquel matrimonio que, desde su vehículo, nos observaba con algo más que aquella curiosidad.

Se ensartó en mi sexo, comenzando un baile diabólico. Arriba y abajo. Se retorcía como un látigo. Sus pechos, frondosos como un ramo de narcisos. Sus movimientos salvajes, de amazona empoderada. No podían dejar de mirarnos. Mis manos deshojando sus narcisos, mi boca succionando sus vértices, mi verga adorada en la humedad de su sexo. Cinco minutos fueron suficientes para que todo su cuerpo, envuelto en descargas, convulsionase y los jugos nacientes entre sus muslos me empaparan por completo. 

Solo con la calma sobrevenida sintió algo de pudor al reparar más conscientemente en el matrimonio.

- Simplemente, sonríe cuando pases a su lado -le susurré.

Muy a la ligera, sus exigencias de castigos como a Min y mismo trato habían dejado de estar presentes en su mente después de la alteración sexual y explicita pero no para mí. Era hora de volver a poner las cosas en su sitio y volverla a la realidad. De mi mano estaba la cadena que la unía a mí. Fuera larga o corta, el control lo tenía yo.

martes, 2 de marzo de 2021

INFERNO

Inferno trata de "la belleza del arte, la historia y la literatura italianas... mientras plantea al lector cuestiones provocativas sobre el papel de la ciencia en nuestro futuro, concretamente el papel del consumo de recursos naturales, del cambio climático, de la demografía y la economía mundial, teorías trashumanistas y todas esas cosas que están en boga ahora mismo.

El autor nos tiene acostumbrados a este tipo de libros: El código Da Vince, Ángeles y demonios, El símbolo perdido u Origen dentro de la saga que protagoniza el profesor lagdon. Peto tiene novelas independientes a esto e, incluso, obras de humor e infantiles.

Me hablaron maravillas de él pero me sucedió algo curioso. Supongo que a todos los lectores alguna vez les ha pasado . Lo empecé con ganas. Su comienzo me parece algo enredado y con suspense pero notaba que me iba costando más de lo normal engancharme. Incluso se me hizo en tedioso, y, entre medias, me pillé uno de romántica erótica con lo cual se me fue la atención más hacia este -me encantó. Emocionante, divertido, con humor y sexo. Acabé riéndome a carcajadas yo solo, pero este será para otro día.- que hacía las aventuras de Lagdon.

Lo he conseguido acabar estos días, obligándome un poco y pasando por momentos donde me atrapaba más que otros. Quiero decir, que tuve la impresión de tratarse más de un libro encaminado hacia la adaptación cinematográfica que para una lectura en sí. Lo que sí es cierto es que este autor tiene un equipo multidisciplinar que le facilita mucho la tarea.

De todas formas lo recomiendo porque la historiografía es sólida y el cómo enlaza las pistas y la acción está muy logrado ya que parece que es la historia la que se adapta a los hechos de la  y no al revés.
Creo que e un buen libro pese a lo que me ha costado hacerme con él. Igual poca motivación o unas expectativas muy altas por recomendación.