Pedí comida china que trajo Min, mi coreana. Se disculpó por sus palabras en el restaurante a mi vecinita al haberla llamado zorra y de paso me entregó sus bragas, aquellas que por urgencia se puso en mi apartamento. Estaba algo molesta por todo lo sucedido. La abracé y besé como si no hubiera mañana pero se marchó deprisa.
La cena estaba preparada para mi compañera de trabajo. La ultima cena fue un caos. Serví vino tinto de Rioja Azpilicueta, desplegué todos mis encantos y en la segunda copa ataqué.
- Me tienes enfermo, quiero desnudarte y hacerte el amor -le susurre al oído mientras la besaba.
Ella estaba dispuesta como yo. Después de los preliminares le quité sus bragas, me arrodillé ante ella lamiéndola con lujuria, sus grititos se hacían escandalosos, hasta que me levantó por los pelos.
- Esto me resulta vergonzoso. Llevo muchos años sin sexo en mi vida, debes tener paciencia –decía con voz entre cortada.
Retiré la comida, casi al estilo peliculero, y la tumbé sobre la mesa. Elevé sus piernas y la penetré con firmeza, pero sin furia. Comprensivo. Al cabo de unos minutos gritó y se apartó. Reconozco que me quedé sorprendido.
- ¡Hay alguien viéndonos!
Era la cabrona de mi vecinita que entonces salió cerrando la puerta. Intenté calmarla mientras iba recogiendo sus cosas algo alterada-. Otro día tal vez... Por hoy es suficiente. -Y con otro portazo también se marchó.
Me sentí el estúpido mayor del reino. Ahí estaba yo, con los pantalones a la altura de los tobillos dando pasitos como un pìngüino emperador hacia la puerta con la que me dí de bruces. Otro portazo y me convertirían la puerta en batiente o se me descolgarían los cuadros de la pared porque lo otro lo tenía como dos pelotas de tenis. Como un burro.
Llamé al restaurante de Min,
- Ven esta noche o voy y te preño sobre el mostrador. Le dije
Resulto ser la dueña me recitó una retahíla en chino y acabo diciéndome- Celdo.
Me duché y escuché el sonido de la puerta. ¡No podía ser!
– Lo siento, solo subía a dejarte las braguitas de Min. Me apetece ver una peli contigo, estoy en mis días y ando algo ñoña.
Mi compañera también se dejó las bragas en la mesa con las prisas. Coloqué las tres prendas intimas en mi cama y solté una carcajada... Por no llorar.
ajjaajjajjajajaa, que bueno eso le paso por ansioso, de tener a tres bellas damas para su satisfacción y la de ellas, se quedo a real y media manta ajjaja. Me ha hecho mucha gracias lo siento Charly pero me imaginaba la escena y es lo más ajjaj. Bueno otro día será, eso lo alivia una buena ducha fría y a dormir con los angelitos ajjaj. Un besote y de veras me he reído no sabes cuanto visualizando la escena.
ResponderEliminarBueno las escenas son tragicómicas, unas sonrisas nunca vienen mal. A veces la vida nos pone a prueba y hay que tomarlo con humor.
EliminarUn placer tu visita
Beso
ESe final es demoledor, vaya trío de ases que queda en farol :-). Solitario final
ResponderEliminarUn abrazo
También hay que aprender a estar solo o acompañado pero sin sexo.
ResponderEliminarla vida de soltero es muy dura como ves.
Un placer tu visita
Beso
Jajajajaja Lo mejor es el final, que un poco más, y taladra la puerta de un golpe *.*
ResponderEliminarQue pases buena semana, Charly.
Un final complicado se alinearon los dioses en su contra.
EliminarUn placer tu visita
Beso
No veo el motivo del personaje para llorar o para sentirse un estúpido.
ResponderEliminarHa poseído a la compañera de trabajo con una compañera de trabajo. Y antes tuvo una disculpa de la coreana.
Tiene la atención de tres bellas, apasionadas mujeres. Que quieren dejar rastros de sus presencia. Y demuestran pasión.
¿Qué película verá con su compañera de trabajo? Sospecho que Drácula, con sus tres novias, amantes.
Saludos.
Lo de su compañera fue una noche de trabajo que lo intentó y salió fatal, solo quiere terminarlo. Pero esa noche las tres rondaron y con ninguna lo consiguió.
ResponderEliminarUn placer tu visita
Saludos