Los encuentros con mi coreana empezaban a ser más dilatados en el tiempo. La presencia de su marido como una sombra y el aumento de trabajo, habían ocasionado que nuestra historia tomase una especie de impasse. Pero aquella tarde, ella tenía libre y el marido mucho trabajo, así que concertamos nuestra cita.
Ella, dentro de su natural timidez, parecía siempre desconcertada, turbada, pero la piel le ardía, el pensamiento le volaba sabiendo mi ofrecimiento a preñarla. La desnudé y coloqué encima de la mesa, desnuda, ofrecida para mí. Observé callado.
Acaricié su sexo, despacio, acariciando sus labios y el marfil sonrosado que florecía entre ellos,
-Pídemelo como te he enseñado -le dije humedeciéndola con la lengua y sintiéndola temblar.
Me lo pidió con un hilo de voz entrecortado. A veces la entendía, otras no, Sentí llegar a la vecinita, el morbo no impidió que la echase sin contemplaciones, obligando a su curiosidad tan solo a escuchar nuestros movimientos, el traqueteo de la mesa en cada embestida. Min se agarraba a los laterales. Yo me agarraba a ella, le levantaba las piernas, las colocaba en mis hombros y embestía una y otra vez, sin contemplaciones,
A la mañana siguiente, la vecinita subió hacer las labores por las que fue contratada y preguntó, por supuesto, aunque lo primero que hice fue darle una soberana reprimenda por su actitud. Me miraba con cara de niña apenada pero le daba igual. No cambiaría de actitud. El sofoco se le pasaría en cuanto saliera por la puerta.
-¿En qué maldad pensabas mirándola en esa postura, pervertido?
-Siempre que tengo la mesa puesta suelo rezar antes de comérmela toda- contesté.
A mí, esta vecina tuya, me desquicia. No sé si el morbo o los favores sexuales merecen tanto la pena. Este hombre, muy dominante para unas cosas y demasiado pervisivo para otras, cierto que una cosa no se excusa con la otra.
ResponderEliminarComo el niño salga como en padre, a ver qué explica la coreana al coreano :-9
Un beso enorme.
Ya sabemos que esta vecinita se toma una parte por el todo. Creo que la tiene algo consentida.
EliminarTodo se verá a su tiempo jeje.
Gracias por comentar
Un placer tu visita siempre
Besos
Bueno, no es manjar menor, seguro. Muy bien llevado.
ResponderEliminarUn abrazo
Es cuestión de gustos, para algunos un verdadero manjar.
EliminarUn placer tu visita Alba
Beso
Buena respuesta, Charly. Ay, de esos encuentros fugaces, creo que son tan deseados como intensos, y tan intensos como perdurables en la memoria, como en la de esa vecinita inoportuna.
ResponderEliminarMil besitos para ti y muy feliz semana.
Son caóticos y morbosos sí. La vecinita también es morbosa aunque quiera aparentar ser abierta y libre.
EliminarUn placer tu visita Auro.
Beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue vigile con los celos de la vecinita. Supongo que el "coreano" será caucasico , sino el día que nazca el niño habrá tomate.
ResponderEliminarIba a preguntar qué hacía en la primera foto, pero ya lo has aclarado sl final
Abrazoo charly
Sus celos tendrán consecuencias seguro. De momento no hay embarazo, no corramos tanto jeje.
EliminarUn placer tu visita
Abrazo
A ver, comenzamos que los preliminares los hace con un tacto especial, lo que no entiendo es que la quiera preñar, a no ser que sea un vocablo para hacer mas excitante la relación. El descaro de la vecina es mortal, pero creo que a eso a él le encanta, le excita le pone a tope, tiene a dos mujeres de alguna manera a sus servicio no solo de empleada de hogar sino tan bien para darle lo suyo cuando ambos lo desean. No se y este hombre al final va a terminar mal y sino al tiempo ajajjja. Un besazo Charly.
ResponderEliminarEl marido de Min quiere tener otro hijo de ahí viene la proposición de él. Reconozco que siente morbo con la vecinita y su juventud. El final nunca se sabe cuál será.
ResponderEliminarGracias por comentar
Un placer tu visita
Beso
Fascinante las respuestas de Campirela Me ha hecho sonreir es increible ella cuando comenta y escribe
ResponderEliminarSon increíbles todos los comentarios
ResponderEliminarSaludos