Relatos de los jueves
Unos cuantos hombres de avanzadilla sin saber muy bien su suerte. El sargento los animó a contar de sus vidas. Era una forma de recordarse los unos a los otros, al menos los vivos. Hablaron de sus familias, de sus trabajos, de sus proyectos pero solo uno permanecía callado, mirándolos atentamente. El sargento lo provocó para que contase algo, su nombre, su trabajo, su futuro.
-Mi nombre está en la placa. Mi trabajo... hoy me lleva aquí, mañana allá. No me preocupa mi futuro. Tampoco tengo familia. Poco más puedo decir- sentenció.
Su voz era grave. En sus palabras no había dudas; en su mirada no existía el miedo. Creó una expectativa rápidamente.
Siguieron preguntándole por el miedo a luchar, sobre las mujeres, sobre todas las cosas mundanas... Cuanto más respondía, sin reparo alguno, sereno, más curiosidad creaba. Y siguió hablándoles:
- Esta guerra, según los mandos, hay que ganarla en el nombre de Dios y contra los infieles -hizo una pausa-. Creo que estos dioses no lo deben hacer tan bien cuando tienen tantos enemigos unos y otros.
La muerte, queridos, solo es otro estado de estar. Respecto a la tan temida oscuridad solo es una manera de viajar, para que lo entendáis. Las sombras no existen, la luz no produce sombras. En cuanto a los más jóvenes, decíos que para que duren vuestras parejas, hay que simplificar los juramentos. Una mujer, bajo mi experiencia, con orgasmos y lealtad, será una mujer satisfecha. -Sabía que aquellas palabras mellaban en sus mentes más que las más profundas heridas de metralla-. Mi trabajo, que tanta curiosidad tenéis, antes de que acabe el día lo descubriréis. Hoy, a muchos, os llevaré conmigo.
El silencio y el frío se hizo presente en la trinchera.
Una muerte de aspecto no convencional (suele pintarsele como vieja huesuda) que ejerce su trabajo en forma muy profesional y concentrada. De sonrisas, nada! Muy buen relato y excelente elección de la ocupación no convencional. Un abrazo
ResponderEliminarSu aspecto puede ser desde anciana hasta encapuchado con guadaña, cualquiera de ellos vale puede elegir el cuerpo que quiera para mostrarse. También es un trabajo y duro por desgracia.
EliminarUn placer tu visita
Beso
La muerte siempre nos anda pisando los talones, es nuestra sombra desde el instante preciso de ser creados. Me gusta el aspecto humano que le has dado a la muerte. Le has puesto una personalidad muy atractiva. Yo estaría escuchándole media vida. La otra, jugaría a que no me pillara.
ResponderEliminarUn texto muy muy bueno. Te felicito, Charly.
Un beso enorme.
Gracias por el comentario, Donde mejor para ella que en cualquier guerra, donde se iguala todo, pobres, ricos, buenos o malos.
EliminarTiene muchas vidas para saber de nuestros errores mortales de los cuales nunca aprendemos nosotros.
Un placer tu visita
Besos
Que bien lo ha hecho Charly, has dado un giro que bajo mi punto de vista es mucho más certero que el que nos inculcan de pequeños *La muerte* hay que verla como algo natural de la vida y no temerla, si respetarla, pero es algo que más tarde o más temprano todos vamos a hacer ese camino hacia la luz, las tinieblas o tal vez a otra dimensión. Me ha gustado mucho, si sé señor un plas, plas para ti. Muakisssss y feliz tarde -noche.
ResponderEliminarEres muy amable Campi, llevas razón, pero somos humanos, débiles y con conocimiento limitado en esos aspectos, llenos de prejuicios y temores.
ResponderEliminarUn placer tu visita
Besos
Hola Charly, desconocia que Dalla tambien se la llama a la guadaña, si sabia hubiese descubrierto el oficio de este personaje ;) , que tiene un trabajo bastante dificil.... seleccionar a quien llevarse, creo que muchas veces se equivoca en su eleccion, un trabajo que le lleva siglos y siglos en total soledad.
ResponderEliminarMuy bueno Charly, me gusto protagonismo que cobro este presonaje, al final de tu relato.
Un beso y un gusto leerte!!
Seguro que se equivoca a ojos de los humanos, otras por nuestras propias circunstancias. por otra parte, darle sentimientos humanos a la muerte es casi imposible.
EliminarGracias por comentar.
Un placer tu visita
Beso
¡Excelente, soberbio relato, en una prosa magnífica en tono y forma!, Charly. La Muerte en las trincheras se habrá de llevar a unos cuántos esta vez y dudo de que alguna vez le falte trabajo. ¡Cuántas guerras ha habido en el mundo y cuàntas habrá!
ResponderEliminarUn gran abrazo
Mientras haya hombres en el mundo habrá guerras. Nunca le faltará trabajo efectivamente.
EliminarUn placer leerte
Beso
Me ha gustado. Un toque de realidad, de cordura en medio de una barbaridad.
ResponderEliminarSaludos Charly, encantado de leerte.
Gracias por comentar. la realidad siempre es más dura que la ficción.
EliminarUn placer tu visita
Saludos
Que aguante!!!!!!!!!!! seguis escribiendo en grupos, te admiro
ResponderEliminarsaludos
Gracias
EliminarUn saludo
Un relato que refleja muy bien la condición humana y muchos de nuestros miedos. Yo me he animado por primera vez y me hace mucha ilusión, a ver qué tal queda.
ResponderEliminarTe sigo, para no perderme otras cositas.
Un abrazo.
Los humanos no tenemos certezas o no debiéramos tenerlas, somos insignificantes en el sitio que ocupamos en el mundo.
EliminarMe alegra que te sumes, nos leeremos.
Un placer tu visita
Beso
Ese final es espléndido. Muy bien llevado, y con reflexión sobre la guerra incluída. Impecable.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy amable en tu comentario Alba. Gracias
EliminarUn placer siempre tu visita
Beso
Impactante, Charly. Me ha encantado, me ha traído recuerdos de la novela "la ladrona de libros", en ella, la muerte también tiene su guión. Te felicito porque has mantenido la expectación y el interés desde el inicio para intensificarse al final. Chapeua!!
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz jueves.
Gracias por tu comentario, algunos textos salen mejor que otros.
ResponderEliminarUn placer tu visita Auro
Besos
La muerte es la confirmación de la vida La simbolizamos mujer en tu relato totalmente poético es un hombre Precioso relato Un abrazo
ResponderEliminarGracias por el comentario
EliminarTambién la simbolizamos con un encapuchado con guadaña.
Un placer tu visita
Abrazo
Vuelvo a publicar mi comentario, ya que lo he hecho ya dos veces y no ha aparecido.
ResponderEliminarUn relato casi lírico que personifica a la muerte y que es una gran reflexión sobre la guerra y la perdida de vidas que inutilmente provoca.Muy bueno.
Un saludo.
EliminarGracias por comentar.
Las guerras siempre son inútiles y crueles.
Un placer tu visita
Saludo
Es buenisimo!! Le has dado un giro que aún estoy alucinada. Besos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Molí.
ResponderEliminarHabía que descubrir su trabajo.
Un placer tu visita
Beso
Wow, La Muerte... ¿Y no dejó a nadie con vida para que extendiera sus palabras?
ResponderEliminarMe gustó muchísimo tu relato, Charly.
Un besazo juevero
No se sabe si quedó alguien con vida, hasta ahí puedo leer.
EliminarUn placer tu visita
Beso
Nunca me ha parecido la muerte más razonable y con unos planteamientos más firmes y sereno.
ResponderEliminarBuen relato.
Es muy antigua por lo que sabe de nuestras debilidades y aciertos. Por otra parte, no creo que escuchases muchos pensamientos de ella.
EliminarUn placer tu visita
Saludos
El personaje es la muerte personificada. Que se acerca más al ser con la guadaña que a la versión imaginada por el escritor y guionista Neil Gaiman, de una joven gótica, agradable y muy bella. Creo que Gaiman es un optimista y espero que tenga razón. Es menos agradable ser llevado por el personaje de tu relato.
ResponderEliminarRelato que está bien planteado, cumple con la consigna de Magade.
Saludos.
La última peli que tengo en la mente es la de Brad Pitt, como una muerte enamorada y piadosa.
EliminarUn placer tu visita
Saludos
Ojalá no me toque en el mismo batallón. Pero podría serte útil
ResponderEliminarEn cualquier batallón hay muerte en una guerra.
ResponderEliminarUn placer tu visita
Saludos