Las cosas con mi vecinita han sido muy intensas y espero saber gestionarlas para que no se compliquen demasiado.
Entré en mi casa el lunes, después de contestar demasiadas preguntas en el trabajo sobre mi acompañante en la cena de marras y dejar claro que era un bombón pero que solo había amistad. Me doy cuenta de que en muchas ocasiones no hay que perder tiempo ni paciencia en contar las cosas porque entre lo que yo digo y lo que los demás piensen, existe un abismo, casi siempre, insalvable. Ciertas verdades, por alguna razón, no resultan nada creíbles.
Luego de una ducha reparadora y unos minutos de relax, apareció ella. Me quedé extrañado porque llamó a la puerta. No es nada habitual ya que entra como Pedro por su casa, algo que no me gusta mucho porque sí, tengo mi privacidad oscura. -Me sonrío picaramente-. Su cara se sonrojó cuando me vio cubierto con la toalla y sus ojos evitaron mirar a cualquier lugar que no fuese la mía. Eso también era extraño para el desmesurado descaro de la muchacha. Su mirada me estaba desafiando aunque mirase hacia otro lado.
- He estado pensando y quiero dejar clara algunas cosas entre nosotros -me dijo como si tuviera ya un discurso bien argumentado o preparado. Me apoyé en la encimera y serví una copa de vino fresco para tomar. Era lo más apropiado para "las historias" de la niña.
- Proceda usted -respondí.
- Primero..., que te podías vestir, andas medio desnudo, y, segundo -respiró profundo, percibiendo en ella cierto enfado-, lo que pasó la otra noche no significa que tengamos una relación. No quiero que nos rayemos con este tema, aunque a veces caigamos o tengamos sexo, quiero que seamos libres. Bueno esto era más o menos lo que quiera decir finalizó mostrándome un tono más calmado, menos malhumorado. Apuré un trago vino y sonreí:
- Totalmente de acuerdo, señorita, nunca te preocupes por eso. Mis cosas me gusta tenerlas muy claras y , por tanto, que los demás tengan las suyas igual. Respecto a lo de vestirme -dije, haciendo una pausa- creo que no debo recordarte que estoy en mi casa y que no has tenido ningún inconveniente en verme ni vestido ni desnudo, pues entras como si esta fuera la tuya.
Acto seguido me quité la toalla y fui a mi baño a afeitarme. Sentía en mi espalda el peso de su mirada. Aquella situación me provocaba.
- ¿Te gusto la otra noche? -preguntó en otro tono. Empezaba a ronronear mientras entraba en el baño.
- Me encantó. Con una copita tienes un puntito muy chulo y estuviste encantadora en el fiestorro -dije, viéndola reflejada en el espejo.
Sus manos acariciaron mi espalda desnuda y sus brazos rodearon mi cuerpo. La miré en el reflejo del cristal, la besé con descaro. La recorrieron mis manos con indecencia y sentada de espaldas al espejo, mi boca se cobró su insolencia. Tantos humos altivos y ahora se difuminaban en una mansedumbre en la que la carne se apoderaba de su lógica. No estaba yo, tampoco, dispuesto a perder mi oportunidad.
El ratón que se mete en mis dominios debe saber con qué gato se encuentra.
La incliné frente al espejo,dejando que se viera, que se observara cómo su rostro iba cambiando, como sus movimientos se cedían a mí. La acaricié, tomé su piel con un deseo provocado. Indagué en el perfil de sus glúteos y la penetré con descaro, hablándole sucio y sin cuidado, poniendo distancia entre los sentimientos, solo follándola duro. Me gustaba aquel instinto salvaje que me suscitaba y cómo era capaz de convertirse de gata mimosa a perra cerril.
Ya más tranquilos, no pude resistir la tentación de besarla y abrazarla para colmarla de ternura. Ese otro instinto calmado y protector para acto seguido decirle que había quedado aclarado todo y:
- ... No te rayes -seguí, haciéndole una carantoña en su todavía acalorado rostro-. He quedado esta noche con Min para cenar y debo vestirme.
Al volver la puerta para cerrarla, escuché:
- ¡Será hijo puta...!. -Sí, pude intuir la rabia contenida pero era evidente, y ella así lo había recalcado, que no formábamos un círculo más allá de esos momentos de sexo y de ese compromiso profesional para con mi casa. Dar la razón, confirmarla, tampoco siempre es entendible. ¿Cabreada de nuevo? ¡Qué complicado es comprender algunas cosas! ¡Y lo contento que yo estaba al poder tener una follamiga!
En fin, hay frutos de una sola cosecha y cosechas de muchos frutos.
Complicado... como el perro del hortelano que ni come ni deja comer al amo. Me ha encantado cómo has llevado el ritmo del relato, Charly. Muy visual.
ResponderEliminarMil besitos y muy feliz semana.
EliminarGracias Auro por tu amable comentario.
Las relaciones a veces asustan pero cuando ves que tú no eres la prioridad esa libertad que se dan hace aguas.
Un placer tu visita
Beso
ajajjajaja, perdona me rio de ese final. Las relaciones amorosas o simplemente de sexo son complicadas porque por mucho que se quiera diferenciar los sentimientos siempre están. Y la vecinita así lo ha demostrado con ese cabreo.
ResponderEliminarLa cosa se complicará y sino al tiempo ...esperando otro relato . Un abrazo Charly feliz noche.
ResponderEliminarEfectivamente Campi como decía arriba si ves que no eres la actriz principal y te dan esa libertad que pides, se siente un poco olvidada y hay cabreos, La edad no ayuda tampoco.
Si me sirves una cerveza me quedo esperando el próximo contigo.
Un placer tu visita y gracias por sonreír.
Besos
Esas relaciones tienen su peligro, pero bien valen la dicha de ser vividas.
ResponderEliminarUn abrazo
La vida no es para mirarla y verla pasar, efectivamente hay que vivirla.
EliminarUn placer tu visita Alba
Besos
Creo que tú las gestionas muy bien, pero que la vecinita, no tanto como quiere hacer creer....
ResponderEliminarMuy bueno, Charly.
Un beso
La edad como digo no ayuda, está en una montaña rusa, se siente segura diciendo frases e ideas que no domina ni controla y se frustra.
EliminarUn placer tu visita Carmela.
Beso
Me gusto el relato, esta bueno verlo desde otra perspectiva.
ResponderEliminarLa chica esta interesada, lo afirmo.
Lastima que se complica solita jajajja
Un abrazo Charly.
Las cosas se complican cuando eres joven y quieres controlar las emociones.
EliminarLas hormonas mandan mucho.
Un placer tu visita Cecy
Beso.
Me gusta lo que escribes ya que por un momento no pienso en otra cosa
ResponderEliminarEs bueno diversificar la mente.
ResponderEliminarUn placer tu visita
Creo que pretende convencerse a sí misma; escuchar a viva voz sus pretensiones, pero sus palabras no concuerdan con sus emociones…
ResponderEliminarMe ha encantado, Charly. Y la parte final, buenísima.
Siempre un placer leerte.
Abrazos, y feliz día.
Gracias por tus comentarios Ginebra.
ResponderEliminarLlevas algo de razón no siente sus propias palabras.
Un placer tu visita siempre.
Besos
Uhmmm muy excitante tu relato. Cuánto más complicada y prohibidas las relaciones más excitanted y morbosas.
ResponderEliminarMe gusta tu frase: ... tomé su piel...
Un placer leerte.
Besos.
Gracias por tu comentario María.
EliminarAsí es cuanto más complicado más morboso resulta todo.
Un placer tu visita siempre.
Besos
Un relato muy interesante y llevadero ,que sinceramente me ha provocado varias sonrisas por la actitud de la vecinita que quiere pero no quiere, exige pero se retracta, quiere aclarar pero oscurece ya que sus acciones van justamente contra lo que expresa verbalmente.
ResponderEliminarRelaciones complejas donde muchas veces lo que se inicio como simple atracción, termina estando condimentado con otros sentimientos. En este caso parece esperar además del encuentro, otro tipo de invitacion.. Me ha gustado tu blog. Un abrazo y bonito día!
Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarContradicciones de juventud todo y nada, esperando puede que una rendición de amor.
Un placer tu visita Eli
Beso
Esta vecina es lo que se dice, un quiero y no puedo o al revés. Renegar, en ocasiones, es reclamar, pedir, solicitar... y quien no llora... ya sabes...
ResponderEliminarUn beso, Charly.
Poquito a poco, estamos :-)
Gracias por estar.
ResponderEliminarQué alegría, estas viva.
Sí la verdad, tiene las hormonas algo disparadas, es la edad...
Un placer tenerte por aquí siempre María.
Besos
Lo dejaron claro. Y luego ella se puso ronroneante. Y Se entregó a la pasión. Para luego enojarse nuevamente. Será cuestión de nuevos planteos, con intensas secuelas.
ResponderEliminarSaludos.