El fresco de la mañana es un cómplice inesperado, su espalda se pega a mi cuerpo con forma de cuchara, se queja de frío mientras noto su calor interno.
Mis manos acarician su bonita espalda, mi cuerpo se pega al suyo, mis dedos bajan su pijama lo necesario, mientras su cuerpo se inclina hacia delante.
Hoy, en el día del Señor, cuando mi sentir se deja llevar por el vaivén del amanecer y el empuje de mis caricias y se quiere abrir paso, suena su primer negado:
-Nooooooo...
Su mano guía el camino elegido, el envite se hace más intenso y mis manos recorren su nuca debajo de su pelo en un baile embelesado, mientras se tumba boca abajo, mis manos vuelven a bajar por su espalda y mis dedos poseídos quieren entrar en su cuerpo. Es entonces su segundo negado:
- Nooooooo...
Sujetando su muñeca con mi mano, mi pulgar ensalivado profana su caverna y acompasa cada embestida, volviéndola más dócil. Mis manos vuelven a su espalda y es entonces cuando mi boca sonríe pensándote. Inclinando mi cuerpo sobre el suyo y penetrando su cueva prohibida. Arremete su tercer negado:
- Ahhhh... Noooo...
Su cuerpo se deja llevar poco a poco, metiendo su cabeza bajo la almohada, gime y clama por igual, dándose a mí por completo y haciéndome sentir poderoso, después de negarme tres veces como un discípulo a Cristo.
Las marcas de fauces en su bonita espalda, las de sus muñecas y los glúteos colorados dan fe de los estigmas de elegidos al vencer al demonio.
Esa negación fue de lo más deliciosa al menos es lo que denoto en tus letras. Un relato muy bien guiado y aquí solo me queda decirte amén.
ResponderEliminarAbrazos, feliz semana Charly.
ResponderEliminarGracias Campi siempre tan amable.
Los amaneceres son confusos y contradictorios.
Un placer tu visita
Beso
Ya sabemos lo que cuenta la historia sobre quien negó tres veces... parece que todo suele repetirse.
ResponderEliminarDe todos modos, hay un detalle en la narración que me provoca una duda, o que me deja pensando mejor dicho... pero creo que seguiré así, la dejaré a mi libre interpretación.
Me ha gustado, mucho... un beso.
Las interpretaciones son libres.
EliminarLas dudas de sabios.
Gracias por comentar Alma.
Un placer tu visita
Beso
Un anegación que parece impostada. Tal vez es un sí indeciso :-)
ResponderEliminarUn abrazo
A veces las negaciones son tal vez un , insiste más,
EliminarGracias por pasarte Alba
Un placer tu visita.
Beso
He aquí un maravilloso y exquisito ejemplo, que al final lo que cuentan son los hechos (gestos); y el suyo… era más que evidente que no correspondía con su palabra, en tan deliciosa y rendida profanación…
ResponderEliminarSiempre un placer leerte, Charly…
Abrazos, y muy feliz día.
ResponderEliminarAl final siempre cuentan los hechos, efectivamente.
A veces forman parte de un juego que no controlas o no te esperas.
Gracias por comentar Ginebra.
Un placer tenerte por aquí
Besos
Me gusta el título. Tiene fuerza y representa bien las marcas del Señor. Y ese halo de religiosidad puesta de la mano del deseo. Me place, sinceramente.
ResponderEliminarUn beso, Charly.
Gracias por tus comentarios María.
ResponderEliminarLas tentaciones y religiones se dan la mano.
Un placer tu visita siempre
Beso
Mas que una negación, fue un si
ResponderEliminarardiente que salio de su interior
creo yo.? te luces mi amigo con tus
letras.
Besitos dulces
Siby
Gracias por tu amable comentario.
ResponderEliminarUn placer tu visita
Beso
Buenísimo Charly
ResponderEliminarNoooo noooo no no no. No nos dejes caer en la tentación amén
Besitosss
Creo que esa oración es para otro.
EliminarBienvenida a mi tentación.
Un placer tu visita.
Beso
Me ha encantado tu frase: ...cuando mi sentir se deja llevar por el vaivén del amanecer y el empuje de mis caricias... es toda una poesía.
ResponderEliminarQué gusto leerte, Charly.
Besos.
Gracias por tus amables comentarios.
ResponderEliminarSobre todo cuando la poesía eres tú.
Un placer siempre tu visita.
Besos