Jueves de relatos
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| Dibujo de Demiurgo de Hunlingham |
Estaba sentada en las escaleras de entrada. Tea, con su cara angelical y su cuerpo no tan inocente mostrándose curiosa con todos y dejando ver. para quien supiera verlo. más de la cuenta debajo de sus aberturas.
Tenía 23 o 24 años. Sus padres nos invitaron a la gran fiesta de sus bodas de oro. Provocábamos cierto morbo ya que mi pareja es bi y, aunque nunca lo declaró, la gente siempre habla demasiado.
Mis ojos no podían apartarse de Tea. Revoloteaba y jugaba con todo el mundo, incluidos nosotros por supuesto. En algún momento, mi pareja y yo nos separamos y al reunirnos con los demás me comentó que Tea besaba a todo el mundo en la boca.
- Esa niña juega con fuego, fíjate -me dijo.
Solo el más viejo de sus tíos le hizo una cobra. Después se abrazó a mi pareja susurrándole algo al oído y su lengua entró entre sus labios. Seguido, colgándose en mi cuello, dio vueltas hasta besarme para que lo viera ella.
- Está jugando a dar besos blancos esa zorra de niña y el cómplice es el más viejo. ¡Es el único que no se ha dejado besar! ¿ No notas el sabor? - me alertó mi pareja.
-¡Qué cabrona! Merece un escarmiento. Tienes una fusta sin estrenar, ¿no? Invítala mañana a casa -le contesté.
Su mente se ocupó en otras tareas y sus ojos se achinaron.
No pude negarme a ser besado y necesitaba que no estuviese tan alerta a todo..