A propósito de Charly

lunes, 13 de septiembre de 2021

VIGILIA

Pedí comida china que trajo Min, mi coreana. Se disculpó por sus palabras en el restaurante a mi vecinita al haberla llamado zorra y de paso me entregó sus bragas, aquellas que por urgencia se puso en mi apartamento. Estaba algo molesta por todo lo sucedido. La abracé y besé como si no hubiera mañana pero se marchó deprisa. 

La cena estaba preparada para mi compañera de trabajo. La ultima cena fue un caos. Serví vino tinto de Rioja Azpilicueta, desplegué todos mis encantos y en la segunda copa ataqué.


 - Me tienes enfermo, quiero desnudarte y hacerte el amor -le susurre al oído mientras la besaba. 

Ella estaba dispuesta como yo.  Después de los preliminares le quité sus bragas, me arrodillé ante ella lamiéndola con lujuria, sus grititos se hacían escandalosos, hasta que me levantó por los pelos.
 
- Esto me resulta vergonzoso. Llevo muchos años sin sexo en mi vida, debes tener paciencia –decía con voz entre cortada.

Retiré la comida, casi al estilo peliculero, y la tumbé sobre la mesa. Elevé sus piernas y la penetré con firmeza, pero sin furia. Comprensivo. Al cabo de unos minutos gritó y se apartó. Reconozco que me quedé sorprendido.

- ¡Hay alguien viéndonos!

Era la cabrona de mi vecinita que entonces salió cerrando la puerta. Intenté calmarla mientras iba recogiendo sus cosas algo alterada-. Otro día tal vez... Por hoy es suficiente. -Y con otro portazo también se marchó.

Me sentí el estúpido mayor del reino. Ahí estaba yo, con los pantalones a la altura de los tobillos dando pasitos como un pìngüino emperador hacia la puerta con la que me dí de bruces.  Otro portazo y me convertirían la puerta en batiente o se me descolgarían los cuadros de la pared porque lo otro lo tenía como dos pelotas de tenis. Como un burro.


Llamé al restaurante de Min, 
- Ven esta noche o voy y te preño sobre el mostrador. Le dije
Resulto ser la dueña me recitó una retahíla en chino y acabo diciéndome- Celdo.
Me duché  y escuché el sonido de la puerta. ¡No podía ser!

 – Lo siento, solo subía a dejarte las braguitas de Min. Me apetece ver una peli contigo, estoy en mis días y ando algo ñoña.

Mi compañera también se dejó las bragas en la mesa con las prisas. Coloqué las tres prendas intimas en mi cama y solté una carcajada... Por no llorar.